Desde el momento que ‘El Jardín de las Delicias’ te da la bienvenida compruebas que el proyecto de Miguel Tugores, presidente de la Fundación, tiene sentido: “Quería llevarlo a cabo en Mallorca cuando me jubilara, pero me he dado cuenta de que nunca lo voy hacer y estoy muy bien aquí. Así que he dado el paso de mostrar mis obras eróticas, dinamizando la cultura en la provincia”.
Otra dimensión
Posteriormente, tras haber conocido peculiaridades inimaginables horas antes, entras a una casa del s. XIX, totalmente rehabilitada. Según accedes, el encargado del negocio, José Molina, te recibe, solucionándote cualquier duda antes de que el color rosa, que impregna hasta el último rincón del lugar, libere tu mente para que puedas estar centrado en las obras expuestas.
Una vez dentro de este Ágora (Tugores prefiere llamarlo así, ya que su idea es que no sea un museo fijo y sí un lugar vivo en el que tengan cabida todas las artes plásticas actuales) no hay vuelta atrás. A lo largo de dos plantas con varias habitaciones, tu percepción del erotismo cambiará por completo al observar tesoros de 60 artistas como Rui Silva, Ricardo Murillo, Guillermo Lama o Adelaida Murillo. “Es un espacio para fotógrafos, grabadores, diseñadores, pintores o escultores contemporáneos. Queremos que este presente todo lo que haga referencia a la piel humana y al sexo entendido como expresión poética del ser humano”, dice Tugores. Con esa explicación, y recalcando que el ser humano “es el único capaz de hacer arte a través del encuentro de dos personas”, La Maison nos recibe en su planta baja con varios cuadros que rodean a una escultura muy singular. Esta, hecha de madera, representa una vagina enorme a la que no le falta ni el más mínimo detalle gracias a un trabajo muy minucioso de su creador.
Posteriormente, si cambiamos de estancia, descubrimos otro de los lugares mágicos de la casa. Entre el rosa -aportación del arquitecto Carlos Arroyo para unificar todo el espacio, evitando cualquier tipo de distracción con los suelos o los cristales antiguos- aparece una extraordinaria talla de un pene de madera, muy bien cuidada. Aquí, nuestros protagonistas se detienen, incidiendo que es una de las obras más fotografiadas por los asistentes por “su majestuosidad”.
Videoarte
Si seguimos con el recorrido, nos disponemos a subir a un segundo piso en el que el videoarte tiene mucho protagonismo. La primera parada que realizamos nos permite presenciar una proyección corta en la que se cuida a la perfección los cuerpos femeninos, resaltando sus curvas y sus figuras: “Cuando lo observan las visitantes nos comunican que descubren aspectos de ellas que no conocían. Aquí apostamos porque todos somos seres humanos, independientemente de nuestras características.
En la misma dirección, en la sala contigua, apreciamos otro reportaje, este de 20 minutos, en el que se lleva a cabo un repaso de cómo se ha tratado artísticamente el cuerpo humano desde el pasado, comenzado por los dibujos en las rocas y llegando hasta los artistas del s. XXI. Ahora, el despacho de Tugores nos abre sus puertas, atesorando en su interior unos facsímiles de Picasso de un enorme valor. Junto a ellos, también se encuentran otras obras de este coleccionista que van a permanecer en este Olimpo del erotismo. Las salas van a ir variando su contenido, excepto las del piso superior, que van a mantener su colección. Con ello, ponemos rumbo a una suite, repleta de muebles antiguos pintados, por su puesto, de rosa, que nos embriaga al tiempo que nuestros ojos se centran en una hilera de formas fálicas en diferentes colores y tamaños, distinguidos por unas luces muy llamativas y rodeados por unas pinturas de diferentes estilos y épocas. A continuación, todavía tenemos tiempo de deleitarnos con un díptico que pone el broche de oro a una visita que supone una auténtica experiencia sensorial “de la que más de uno sale motivado y contento al conocer aspectos sensuales y eróticos nuevos”.
Sin embargo, antes de despedirnos comprobamos que incluso los baños de este Ágora cuidan hasta el más mínimo detalle. En ellos, comprobamos que el desagüe de la bañera traza una figura que pretende representar una vagina muy curiosa, que termina perdiéndose en el infinito de la sensualidad, presentándose como colofón a esta oda al arte en su máximo esplendor.
Precios
Con todo esto, ¿todavía no estás interesado en adentrarte en este paraíso del erotismo en Medinaceli? Reservar tu pase es muy sencillo. Para ello, puedes llamar sin ningún tipo de compromiso a los teléfonos 975 24 75 48 o al 628 79 16 10. De la misma manera, existe la opción de enviar un correo a lamaisondeeros@gmail.com. Con horario matinal y de tarde, de jueves a lunes, hay diferentes precios para los visitantes. Mientras que las entradas individuales ascienden hasta los 10 euros, las parejas tienen un descuento por el que pagan 7,5 euros por persona. Además, también existe la opción de adquirir una entrada combinada de Palacio Ducal + La Maison D’Eros por el módico precio de 10€. por persona. Un lugar único en el mundo al alcance de todos los bolsillos y de todas las edades. También tienen acceso los animales. Son igualmente bienvenidos.